el periodico, Sergi López-Egea, 30 December 2008
Quiso irse en silencio y sin hacer ruido. Hubo un día del año 2007 en que José Miguel Echávarri pensó que ya no podía aportar ninguna experiencia nueva a un deporte al que dedicó más de 25 años. Vendió sus acciones a Eusebio Unzué, su otra mitad en el ciclismo, y puso fin a una trayectoria como técnico en el deporte de la bicicleta que se inició con Ángel Arroyo --algún día se sabrá la verdad de por qué le quitaron la Vuelta de 1982--, continuó con Pedro Delgado, alcanzó su punto de máximo esplendor con Miguel Induráin y prosiguió luego con Abraham Olano hasta llegar a la época contemporánea.
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